¿China intenta cambiar el estatus quo?
Durante siglos, el poder se ha asociado con la capacidad de obtener aquello que es difícil de conseguir.
Redacción QCLN
Esto ha simbolizado exclusividad, conexiones, riqueza y el anhelo social de pertenecer a un grupo selecto.
Esta percepción sentó las bases del estatus quo, motivando a las marcas a dirigirse a un mercado que valorara el prestigio y el reconocimiento. Así, el valor de sus productos se respaldaba más por su logo que por su calidad o costo. Pero, ¿qué ocurre cuando esta idealización del estatus es puesta en evidencia?
El escándalo que sacudió a marcas de lujo
Nike, Apple y H&M se vieron involucradas en un escándalo cuando, en medio de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, surgieron campañas de desprestigio hacia marcas estadounidenses. Esto sacó a la luz una contradicción evidente para muchos, pero ignorada por conveniencia: ese estatus tan deseado era una ilusión, sostenida por productos fabricados en condiciones precarias en fábricas chinas y vendidos luego a precios excesivos.
Guerra comercial entre Estados Unidos y China ha afectado a marcas de lujo como Dior, Chanel, Nike y Apple.
Por ejemplo: Apple fue criticada por su relación con Foxconn, donde empleados sufrían jornadas extenuantes y condiciones alarmantes. Al mismo tiempo, los consumidores pagaban más de mil dólares por un iPhone.
Foto: Shutterstock
Otras marcas afectadas fueron Chanel, Dior y Hermès. Las dos primeras respondieron con campañas de marketing enfocadas en mostrar la elaboración artesanal de sus productos, buscando recuperar credibilidad. Hermès, por su parte, optó por cerrar sus redes sociales, como una estrategia para mantener su exclusividad y misterio.
Este tipo de prácticas no solo cuestionan la ética de estas marcas, sino que también exponen cómo se ha moldeado nuestra percepción del valor: hemos aprendido a creer que pagar más significa obtener algo mejor, cuando en muchos casos solo implica mayores márgenes de ganancia.
Las marcas de lujo brindan una idea falsa de pertenencia a un estatus basado en la idealización.
El otro lado de la moneda
Sin embargo, también existe el extremo opuesto: marcas que ofrecen precios muy bajos, sacrificando calidad y responsabilidad ambiental. Shein es un claro ejemplo. Aunque opera a través de una economía digital eficiente, ha sido duramente criticada por su modelo de producción acelerado y barato, el cual contribuye significativamente a la contaminación al fomentar el desecho masivo de ropa tras pocas puestas.
A ti como emprendedor, ¿te gustaría repetir alguno de los modelos o cambiarlos? Nosotros te recomendamos actuar de manera ética, honesta y humana, pues los consumidores valoran la transparencia, la ética y la autenticidad. De esta manera estás rompiendo el estatus quo e impulsando un comercio más justo.
¿Te gustaría conocer más sobre la producción en China? Te invitamos a ver nuestro nuevo episodio, donde te compartimos cómo se generó la polémica con las marcas de lujo, estrategias implementadas y el impacto que tiene China a nivel mundial.
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